martes, 1 de junio de 2010

Militares a las fronteras

Escrito por: José Luis Camba Arriola.
31 / 5 / 2010

LOS MILITARES A LAS FRONTERAS
Por: José Luis Camba Arriola.
Puebla, Pue.- Parece haber un acuerdo generalizado en que los “norteamericanos” deben
responsabilizarse por el tráfico ilegal de armas hacia México. El Presidente
de México se lo exigió a los miembros del Congreso vecino. En México, a
todos les pareció bien y se lo aplaudieron (a pesar de que todos, Obama,
Calderón, los congresistas e incluso los de los aplausos saben que eso no va
a ocurrir). La confusión sobre el uso de los militares para combatir delitos
es tal que nadie parece darse cuenta de lo esencial: “lo más sencillo suele
ser la mejor respuesta”. Siempre he sostenido que los militares tienen como
único propósito resguardar la soberanía de un Estado. Es evidente que muchos
confunden la soberanía con la ausencia de violencia y por eso mandan a los
militares a realizar trabajo policíaco. Quizás la aplicación del principio
de la “Navaja de Ockham” nos ayude a dilucidar la cuestión.
Los políticos y los militares ya anunciaron que el retiro de las fuerzas
armadas de las calles del país no ocurrirá pronto. ¿Por qué? Pues en
realidad, porque las mandaron a realizar una tarea que les es impropia. La
principal cualidad de un político (quizás la única), es saber para qué
sirven los demás (personas, instituciones, cosas, presupuestos, actos,
etcétera). Es evidente que si alguien no sirve para algo, deben aprovecharlo
para lo que sí sirve. La utilidad deviene directamente de la preparación.
Pues bien, resulta que si los militares sirven para defender la soberanía,
en este momento tan difícil eso es lo que podrían estar haciendo. La pista
se la dio el propio Obama a Calderón el martes 25 de mayo: mandó otros 1,200
guardias nacionales a vigilar la frontera con México. Los vecinos del norte
consideran, de forma atinada, que el control de sus fronteras es una
cuestión de seguridad nacional, es decir, de soberanía. No quieren drogas o
inmigrantes ilegales y deciden poner militares en su frontera para evitar
ambas cosas. No esperan que México impida alguna de las dos cosas (saben que
no puede y aunque pudiera es una cuestión soberana de los E.E.U.U., y no se
la dejan a alguien más). No mandan a los guardias nacionales a vigilar las
calles y buscar inmigrantes ilegales o narcotraficantes o droga; no, ese
trabajo se lo dejan a las diversas policías (incluso los arizonianos, con su
nueva ley, lo dejaron en manos de la policía). Para mandarlos a las calles,
hay que declarar estados de emergencia (lo que por cierto solicitan los
gobernadores al Presidente, por ser facultad soberana de cada Estado) y
cumplir una serie de requisitos de tiempo y lugar para garantizar una salida
expedita de las fuerzas armadas. Es decir, exactamente lo contrario que
estamos haciendo en México.
Ahora bien, ¿deberíamos hacer algo similar nosotros? Analicemos brevemente
la hipótesis:
Nos quejamos de que los norteamericanos no impiden que las armas se
trafiquen a México. Bien, mandemos a los militares a cuidar las fronteras
para evitar que entre armamento y dinero sucio (cuidar las fronteras es por
antonomasia defender la soberanía, lo cual es tarea de los militares). No
necesitamos pedirle a los vecinos que lo hagan por nosotros; esa es una
tarea nuestra. Es más, E.E.U.U. ha facilitado el proceso con la construcción
de los muros de los que tanto nos hemos quejado. Sirven para ambos
intereses, el de ellos y el nuestro. No dejemos espacio por cuidar, ni al
norte, ni al sur ni en mar o cielo. Para eso sí sirven los militares.
Desconfiamos de nuestras policías en todo el país. Demos de baja a un número
igual de militares y que se conviertan formalmente en policías, homologando
los salarios en todo el país y manteniendo un sistema de escalafón y
antigüedad atractivo junto con una disciplina militarizada (en la mayoría de
los casos ganarían un mejor salario que el que reciben actualmente). Los
ciudadanos no podrían desconfiar de ellos pues actualmente cuentan con su
respaldo. Aprovechemos ese honor que la población les reconoce para
modificar la relación de los cuerpos policíacos con los civiles.
Tampoco confiamos en los gobernadores de algunas entidades y creemos que
favorecen a determinados grupos de narcotraficantes. Mandemos a los
militares a custodiar los límites entre cada entidad federativa y el
Distrito Federal. Ese también es su papel: mantener el equilibrio entre los
miembros del pacto federal garantizándoles el respeto entre cada uno de
ellos. Después de las fronteras, los límites de cada Estado representarían
un “segundo retén”. Una segunda oportunidad con respeto a la soberanía de
cada entidad.
Por último, si algún gobernador se siente rebasado por el narcotráfico puede
declarar el estado de emergencia y pedir la presencia de los militares hasta
que restablezca el control por sus propios medios.
El número de militares destinados a “combatir” al “crimen organizado” es
suficiente para reasignarlos a estas tareas pero si no lo fuere, se podría
recurrir a más. Finalmente, esa es su tarea constitucional, lo que hacen
actualmente: no lo es.
JOSÉ LUIS CAMBA ARRIOLA
* El doctor José Luis Camba Arriola es egresado de la Universidad
Complutense de Madrid, donde realizó estudios en Sociología y Ciencias
Políticas, especializándose en Sociología Política (Sociología del Poder:
redes y mecanismos formales e informales). Actualmente es consultor político
y analista.
Después de una temporada fuera por motivos personales, vuelve a enviar sus
análisis sociopolíticos de forma periódica, a través de Difunet.
presentar el
Movimiento de Observación Electoral en Puebla: *Puebla Vigila*,* *en* *
coordinación* *con* *el* *movimiento* *nacional* *de* *Alianza*
*Cívica:*Juego Limpio-Voto Libre .
*
Dicho movimiento; es un esfuerzo ciudadano 100% apartidista, donde se cuenta
con la participación de representantes de los diferentes sectores de la
sociedad, entre los que se encuentran:
· Cuidemos el Voto
· Alianza Cívica
· Integradora de Participación Ciudadana
· Coparmex Puebla
· DHP
· Somos México
· Empodérate Consultores,
· Entre otros movimientos y agrupaciones al interior del Estado.
En esta rueda de prensa, *nos acompañaran: Emilio Álvarez Icaza* (Ex
ombudsman del Distrito Federal y precursor de derechos humanos en el
DF) y *Lucila
Servitje* (Catedrática de la Ibero Santa Fe, promotora de derechos humanos
en el DF) como *representantes del Consejo Ciudadano de Juego Limpio-Voto
Libre 2010*; *Patricia Colchero*, Coordinadora del Proyecto nacional
de *Alianza
Cívica*: Juego Limpio-Voto Libre 2010, *Francisco Rodríguez Presidente de
Coparmex Puebla y Marcela Nieto Vocera del Puebla Vigila. *

Los políticos y los militares ya anunciaron que el retiro de las fuerzasarmadas de las calles del país no ocurrirá pronto. ¿Por qué? Pues enrealidad, porque las mandaron a realizar una tarea que les es impropia. Laprincipal cualidad de un político (quizás la única), es saber para quésirven los demás (personas, instituciones, cosas, presupuestos, actos,etcétera). Es evidente que si alguien no sirve para algo, deben aprovecharlopara lo que sí sirve. La utilidad deviene directamente de la preparación.Pues bien, resulta que si los militares sirven para defender la soberanía,en este momento tan difícil eso es lo que podrían estar haciendo. La pistase la dio el propio Obama a Calderón el martes 25 de mayo: mandó otros 1,200guardias nacionales a vigilar la frontera con México. Los vecinos del norteconsideran, de forma atinada, que el control de sus fronteras es unacuestión de seguridad nacional, es decir, de soberanía. No quieren drogas oinmigrantes ilegales y deciden poner militares en su frontera para evitarambas cosas. No esperan que México impida alguna de las dos cosas (saben queno puede y aunque pudiera es una cuestión soberana de los E.E.U.U., y no sela dejan a alguien más). No mandan a los guardias nacionales a vigilar lascalles y buscar inmigrantes ilegales o narcotraficantes o droga; no, esetrabajo se lo dejan a las diversas policías (incluso los arizonianos, con sunueva ley, lo dejaron en manos de la policía). Para mandarlos a las calles,hay que declarar estados de emergencia (lo que por cierto solicitan losgobernadores al Presidente, por ser facultad soberana de cada Estado) ycumplir una serie de requisitos de tiempo y lugar para garantizar una salidaexpedita de las fuerzas armadas. Es decir, exactamente lo contrario queestamos haciendo en México.
Ahora bien, ¿deberíamos hacer algo similar nosotros? Analicemos brevementela hipótesis:
Nos quejamos de que los norteamericanos no impiden que las armas setrafiquen a México. Bien, mandemos a los militares a cuidar las fronteraspara evitar que entre armamento y dinero sucio (cuidar las fronteras es porantonomasia defender la soberanía, lo cual es tarea de los militares). Nonecesitamos pedirle a los vecinos que lo hagan por nosotros; esa es unatarea nuestra. Es más, E.E.U.U. ha facilitado el proceso con la construcciónde los muros de los que tanto nos hemos quejado. Sirven para ambosintereses, el de ellos y el nuestro. No dejemos espacio por cuidar, ni alnorte, ni al sur ni en mar o cielo. Para eso sí sirven los militares.
Desconfiamos de nuestras policías en todo el país. Demos de baja a un númeroigual de militares y que se conviertan formalmente en policías, homologandolos salarios en todo el país y manteniendo un sistema de escalafón yantigüedad atractivo junto con una disciplina militarizada (en la mayoría delos casos ganarían un mejor salario que el que reciben actualmente). Losciudadanos no podrían desconfiar de ellos pues actualmente cuentan con surespaldo. Aprovechemos ese honor que la población les reconoce paramodificar la relación de los cuerpos policíacos con los civiles.
Tampoco confiamos en los gobernadores de algunas entidades y creemos quefavorecen a determinados grupos de narcotraficantes. Mandemos a losmilitares a custodiar los límites entre cada entidad federativa y elDistrito Federal. Ese también es su papel: mantener el equilibrio entre losmiembros del pacto federal garantizándoles el respeto entre cada uno deellos. Después de las fronteras, los límites de cada Estado representaríanun “segundo retén”. Una segunda oportunidad con respeto a la soberanía decada entidad.
Por último, si algún gobernador se siente rebasado por el narcotráfico puededeclarar el estado de emergencia y pedir la presencia de los militares hastaque restablezca el control por sus propios medios.
El número de militares destinados a “combatir” al “crimen organizado” essuficiente para reasignarlos a estas tareas pero si no lo fuere, se podríarecurrir a más. Finalmente, esa es su tarea constitucional, lo que hacenactualmente: no lo es.

JOSÉ LUIS CAMBA ARRIOLA
* El doctor José Luis Camba Arriola es egresado de la UniversidadComplutense de Madrid, donde realizó estudios en Sociología y CienciasPolíticas, especializándose en Sociología Política (Sociología del Poder:redes y mecanismos formales e informales). Actualmente es consultor políticoy analista.
Después de una temporada fuera por motivos personales, vuelve a enviar susanálisis sociopolíticos de forma periódica, a través de Difunet.

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